Es importante distinguir entre alimentación y
nutrición. Alimentarse implica elegir que llevarnos a la boca;
mientras que alimentarse es una actividad automática de nuestro cuerpo, en el
que no interviene nuestra voluntad.
Nuestro
cuerpo necesita para una eficaz nutrición vitaminas, minerales, carbohidratos,
proteínas, grasas y cuando menos 8 vasos con agua. La fuente principal tanto de
las vitaminas como de los minerales son las frutas y las verduras.
Los Minerales son elementos químicos imprescindibles para el
normal funcionamiento metabólico, y nuestro cuerpo requiere microdosis. Los
principales minerales son:
El Calcio que sirve para la transmisión de los impulsos
nerviosos, también para la Adhesión celular, para la excitación y contracción
de los músculos, para la coagulación de la sangre. Lo encontramos en la leche descremada, yogurt, quesos, vegetales,
ajonjolí, almendras, dependiendo de la edad, requerimos aproximadamente una
ingesta diaria de 500mg a 1300mg.
El Cromo sirve para la tolerancia
a la glucosa, metaboliza las grasas o lípidos, es factor en la creación de
glutationa antioxidante, que auxilia en la regulación de los carbohidratos. Lo encontramos en la levadura de cerveza, brócoli, arroz, queso,
cereales, huevos, papa. Nuestro organismo requiere una ingesta diaria de
120mcg.
El Hierro interviene en la formación
de la hemoglobina, y la ayuda a mantener el oxígeno en la sangre, con vitamina
B12 y folato crea los glóbulos rojos. Lo encontramos abundantemente en los
vegetales verdes, pero también en papas
horneadas, semillas de calabaza, soya, huevo, nueces, dátiles, lentejas, pasas.
Nuestro cuerpo requiere una dosis diaria de 18mg.
El Magnesio
interviene en las reacciones enzimáticas, en las transmisiones neuromusculares. Lo contienen el arroz integral, aguacates, espinacas, avena, brócoli,
yogurt, plátanos, manzanas, verduras de hoja verde, tofu, nueces, soya. La
cantidad diaria recomendada es de 400mg.
El
Manganeso activa a las enzimas digestivas, interviene en el metabolismo de las
grasas. Los alimentos donde se encuentra son el jugo de piña, harina de trigo,
cereales integrales, derivados de la leche, melones, verduras verdes, tofu,
higos, soya. La dosis diaria requerida es de 2mg.
El Fósforo es esencial para la mineralización de los
huesos, la formación de colágeno, la producción de energía (ATP), el balance
ácido-base en plasma sanguíneo, fosfolípidos, ADN y enzimas. Lo encontramos en la leche descremada, avena, brócoli, espárragos, huevos, legumbres, calabazas,
semillas de girasol. La cantidad diaria requerida es de 1000mg.
El Potasio es un
catalizador para las reacciones energéticas, mantiene la presión osmótica en la
célula y la presión sanguínea. Se encuentra en el plátano, albericoques secos, papas horneadas,
tomate. La dosis diaria recomendada es
de 3500mg
El Zinc interviene en el crecimiento de las
células, la maduración sexual, mejora la visión nocturna, repara el Sistema
Inmunológico, moviliza la vitamina A del hígado, cataliza más de 200 enzimas.
Se encuentra en los huevos, cereales
integrales, nueces, yogurt, legumbres, semillas de calabaza y girasol, soya.
Necesitamos 15mg diarios para realizar dichas funciones.
Es importante que al alimentarnos no mezclar tantos
alimentos, porque la transformación de éstos son hechas por sustancias químicas
llamadas enzimas, y para cada tipo de alimento se requiere una diferente. El
aparato digestivo “sabe” que enzima se ocupa para transformar el alimento. Por
ejemplo los almidones se transforman por la ptialina o amilasa salival
(alcalina); mientras que las proteínas son digeridas por la pepsina (ácida).
Por ello si desayunamos papas con huevo, resultará una mala combinación porque la
enzima ácida neutralizará a la alcalina, que no podrá transformar los almidones.
Los
azúcares, si se consumen solos se digieren en el intestino delgado; sin
embargo, si los acompañamos con otros alimentos, permanecerán en el estómago,
hasta que se complete la digestión de los otros alimentos, pero entonces las
condiciones de calor y humedad propician la fermentación de los azúcares, y
ello acidifica e impide su correcta digestión.
Entonces
una regla básica sería combinar proteínas con vegetales; o bien carbohidratos
con vegetales. Igual sucede con la fruta, si ingerimos fruta ácida como la
naranja, entonces la podemos combinar con fresas, kiwis, uva, porque también
son frutas ácidas; pero en cambio si ingerimos frutas dulces, como la papaya,
entonces la podemos combinar con el plátano, con la pera o con la manzana,
siendo ésta última altamente alcalina.
Por ello no es nada saludable ingerir un plato que contenga “todas” las
frutas creyendo que nos estamos alimentando muy bien, lo que no es así, porque
de seguro habrá una mala digestión, gases e hinchazón.
Por
ello es necesario que aprendamos a combinar adecuadamente nuestros alimentos.
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