Vivimos una vida moderna llena de estrés, de pensamientos inadecuados, de insatisfacción cotidiana, que no se cubre ni con cosas materiales ni con dinero.
Los seres humanos necesitamos ser mejores, transformar nuestros
defectos en virtudes, tener altos ideales, pero nos resistimos a cambiar, a
abandonar las experiencias dolorosas a que nos somete nuestro egoísmo. Cuando
aprendamos realmente a amar, a dar sin esperar recibir nada a cambio. Cuando el
trabajo lo realicemos pensando que sirve a otro ser humano, entonces
alcanzaremos esa felicidad interna, esa paz, esa armonía en el diario vivir.
Son muchas las herramientas con que cuenta el ser humano para una
transformación real, la YOGA es una de ellas, cuya aparición se pierde en el
inmemorial de los tiempos, y la podemos encontrar en todas las grandes y
antiguas civilizaciones tanto de occidente como de oriente, la practicaban los
Aztecas, los Mayas, los Egipcios, los Hindúes, los Lapones y otras más.
La HATHA-YOGA es una rama de la
yoga que se realiza mediante posturas llamadas “asanas” que benefician
nuestra parte física, mental, emocional y espiritual. Es una herramienta de
trabajo sobre sí mismo. Dentro de sus beneficios físicos encontramos que:
Predispone la máxima flexibilidad de la columna
vertebral.
Promueve una mejor circulación de la sangre.
Estimula y regulariza las glándulas del organismo
(Sistema Endócrino).
Trabaja sobre un órgano o un grupo de ellos.
Propende al estiramiento óptimo de todos los
músculos del cuerpo.
Fortalece los músculos que sufren el paso del
tiempo.
Mejora el proceso de digestión y eliminación.
Revitaliza y restituye las energías, sedando el
sistema nervioso.
Favorece la relajación corporal.
Ayuda a la concentración mental.
También se beneficia con su
práctica la parte mental y emocional, porque al concentrar los rayos mentales
en un punto determinado del cuerpo, automáticamente dejamos de tener
pensamientos y emociones negativas, y al relajar nuestros músculos, por virtud
de la realización de respiraciones profundas durante su práctica, nos
predispone a estar tranquilos y en armonía.
A nivel energético la YOGA regula
los siete vórtices principales de energía (Chakras) que se localizan en el
cuerpo energético o bio-nervioso a lo largo de la columna vertebral.
Al vibrar nuestros cuerpos con una
energía más sutil, nos predispone a captar lo superior, de ahí su beneficio
espiritual.
Para la práctica de YOGA se
recomienda primero tomar un baño con agua natural, después realizar ejercicios
de estiramiento muscular, enseguida hacer gimnasia psicofísica, que nos
fortalece los músculos y la coordinación mental con la respiración, y todo ello
predispone a revitalizar nuestro cuerpo. Seguidamente se recomienda hacer
gimnasia articulatoria para desbloquear las articulaciones e ir flexibilizando
nuestro cuerpo en preparación de las posturas o asanas.
También se sugiere previamente
hacer una relajación conciente que
proporciona tranquilidad del cuerpo y la mente, y nos predispone a
concentrar nuestra atención mental (dirigir la mente a un punto específico), a
fin de estar relajados al practicarla.
La yoga ayuda a fortalecer el
sistema endocrino, nos permite lograr un dominio de la mente, el cuerpo y
emociones.
Las posturas se realizan, en su
mayoría, con los ojos cerrados, los músculos relajados, con respiraciones
profundas, y en cada exhalación vamos soltando, relajando nuestra musculatura.
La HATA-YOGA está estructurada en
series, que van desde las posturas mas sencillas hasta las más complejas.
La primera serie consta de 17
asanas, siendo recomendable al inicio de su práctica, permanecer un minuto en
cada una de ellas y después ir aumentando el tiempo, conforme se fortalece el
cuerpo.
Se inicia con vriksha (el
árbol) con los ojos abiertos, nuestra atención mental en el equilibrio (pie
derecho para tomar energía en personas agotadas, y pie izquierdo en personas
nerviosas). Ayuda a lograr un equilibrio
psicológico, mental y emocional; desarrolla una actitud de paz y armonía
interior, equilibrando las fuerzas del ying y el yang.
Se sigue con poornapadasana (el
horizonte) con los ojos abiertos, la atención en medio del espacio entre los
dedos índice de cada mano. Proporciona
tranquilidad, equilibrio emocional y físico.
Después sigue vajra asana (el
rayo) a partir de ésta postura todas las siguientes de ésta serie se realizan
con los ojos cerrados. La atención
mental a los órganos del bajo vientre.
Aleja las vibraciones negativas, beneficia el proceso digestivo y
previene calambres.
Continuamos con supta vajra (rayo
de espaldas) la atención al plexo solar (alrededor del ombligo) o al cardiaco
(tórax). Combate la depresión, el
insomnio, el desánimo, la tristeza, se recomienda para problemas de
estreñimiento, ayuda a distender la columna y fortalece músculos abdominales.
Después continuamos con paryankasana
(rayo de espaldas con balanceo) la atención mental al igual que la
anterior. Combate el nerviosismo,
estimula la energía psíquica, fortalece músculos abdominales, mejora la
irrigación sanguínea de los órganos que están en el vientre.
Después se realiza gokilasana (el
diamante) la atención mental en relajar la espalda. Conserva el calor corporal, proporciona un
descanso, después de un largo y cansado viaje, previene arrugas.
Enseguida paschimottana (la
pinza) la atención mental a la zona abdominal.
Ayuda en problemas de estreñimiento, mejora la circulación de los
órganos abdominales, auxilia a eliminar grasas del abdomen, beneficia sistema
nervioso al distenderse la columna vertebral.
Sigue sukhasana (el sastre)
la atención mental al entrecejo. Induce
naturalmente a la tranquilidad y nos permite conectarnos con el “Yo”.
Después uttamapadasana (la
escuadra) la atención mental a los músculos abdominales. Previene várices, fortalece los músculos del
abdomen.
Continuamos con suptapavana
mukta I (gusano de seda) por el lado derecho la atención mental al colon
ascendente, por el lado izquierdo al colon descendente, y doblando ambas
piernas, la atención al colon transverso.
Energetiza y desbloquea los órganos abdominales, así como hígado,
páncreas, bazo.
Seguimos con pavanamukta (gusano
de seda) la atención a los órganos abdominales.
Ayuda a eliminar gases e inflamación del vientre.
Después gokilasana II (el
diamante II) la atención mental a la columna vertebral. Relaja y proporciona
gran serenidad y una fuerte irrigación sanguínea a la región cerebral.
Continuamos con bhujangasana (la
cobra) la atención mental a las vértebras que se van doblando o al corazón o a
los riñones. Beneficia a todas éstas
partes y órganos donde se enfocaron los rayos mentales.
Enseguida dhanurasana (el
arco) la atención mental a la tiroides.
Beneficia sistema endocrino, ayuda a combatir la obesidad y celulitis.
Seguimos con shalabhasana
(el saltamontes) la atención mental en realizar correctamente la postura. Mejora el funcionamiento de páncreas, hígado,
masajea riñones, ayuda para prevenir várices y hemorroides.
Continuamos con advasana (supino
ventral) la atención mental en relajarse.
Proporciona tranquilidad y un descanso profundo de la mente y el cuerpo.
Finalmente padahasthasana (la
cigüeña) la atención mental en la parte posterior de las piernas. Mejora el funcionamiento de hipófisis y
pineal, ayuda en problemas de depresión e insomnio.
Para conocer su real significado y
obtener todos sus beneficios es necesaria la practica constante de ésta
disciplina que nos ayudará a recuperar nuestra armonía interna y externa, y
mejorar nuestra salud.
Hoy ésta herramienta está al
alcance de todas las personas y la pueden practicar desde niños, jóvenes y
adultos que quieran una mejor calidad de vida, y lograr un poco de paz en el
vertiginoso mundo moderno en que vivimos.
Lic. Amparo Verdugo Palacios
Tel:
207-0701