El
ser humano requiere el contacto de otro ser humano, un apretón de manos, un
abrazo, una mano apoyada en el hombro de la otra persona, son estímulos
cotidianos capaces de generar bienestar en quienes los expresan. Son signos inequívocos de lenguaje corporal
que expresa afecto, comunicación, consuelo, y alegría entre las personas.
El
masaje corporal es una técnica terapéutica que se pierde en el inmemorial de
los tiempos, se cree que proviene de China a 3,000 años antes de Cristo.
Los
padres de la medicina Griega, Hipócrates, Galeno, y Asclepiades lo practicaban
entre sus terapias. Se usaba en Roma
aceite de oliva y esencias.
Los
masajes manuales pueden proporcionarse de tres formas: El quiromasaje
tradicional que trabaja sobre músculos; el masaje oriental o energético que
busca equilibrar la energía, y trabaja sobre meridianos de acupuntura o
digitopuntura; y los masajes reflejos que actúan mediante presiones o contactos
a distancia del órgano o sistema que se intenta regular o vitalizar.
El masaje sueco tiene su base en una
técnica muy antigua y la más instintiva. Sus efectos son benéficos e
intervienen a través de reflejos de orden vasomotor, neuro-muscular, sicomotor
a nivel de la piel, de los tejidos conjuntivos y musculares del sistema
nervioso central.
El
masaje sueco terapéutico apunta al alivio del dolor, la disminución de las
contracciones musculares y aumentar la relajación corporal y el reposo. Actúa
sobre zonas de tensión a fin de favorecer un mejor equilibrio. Combinando
firmeza y suavidad; se realiza principalmente sobre la musculatura y actúa
sobre los músculos, las articulaciones, la piel, la respiración y el sistema
nervioso. La mayoría de los masajistas terapeutas utilizan este masaje como la
base para un tratamiento y mezclan varias técnicas, dependiendo del
entrenamiento y de la experiencia, para tratar necesidades específicas
del paciente.
Entre
sus múltiples beneficios, se destacan los siguientes:
· Alivia los dolores.
· Ayuda a la relajación
de las tensiones.
· Mejora la movilidad de
las articulaciones.
· Mejora el sueño.
· Aumenta la capacidad
respiratoria.
· Produce una mejor
oxigenación.
· Elimina toxinas.
· Mejora la circulación
sanguínea y linfática.
· Promueve la autoestima.
· Reduce el estrés.
· Ayuda a la recuperación
de la tensión muscular.
· Mantiene flexible los
ligamentos y los tendones.
En el masaje sueco se usa aceite,
previamente calentado (ligeramente) para evitar la fricción con la piel. Se
realizan movimientos suaves, moderados, firmes o fuertes, en sentido al corazón
para estimular la circulación. Durante el masaje hay varias técnicas (effleurage,
petrissage, presión de puntos, fricción profunda, rodillos, percusiones,
cepillado con los dedos). Puede dudar entre una hora y una hora y media. Este
masaje no se recomienda cuando hay fiebre, diarrea, vómitos, nausea, venas
varicosas, o trombosis.
Todos
los masajes trabajan la energía ki, también
llamada prana o chi, buscando equilibrar la energía yin (negativo) y yang
(positivo) para lograr la salud en las personas.
Lic. Amparo Verdugo
Palacios
Tel:
207-0701