En el Universo todo es energía, que va desde la más densa hasta la más sutil. La música clásica genera vibraciones energéticas que ayudan a tranquilizar el sistema nervioso, y predisponen a la relajación.
La música nace junto con el ser humano, porque es una expresión de sus
emociones, de sus sentimientos.
La musicoterapia es la utilización de la música con fines terapéuticos,
que busca fortalecer la parte física, mental, emocional del ser humano,
predisponiéndolo a mejorar su salud, así como a resolver problemas.
De ésta terapéutica musical se puede participar activamente (tocando un
instrumento) o receptivamente (escuchando).
Como la música y los sonidos son parte de las vivencias con las que se nace,
la musicoterapia podría considerarse como una ciencia artística que ayuda al
ser humano a estimular sus áreas afectivas, cognitivas y psicomotrices.
Desde que el bebé está en el vientre materno, inicia la percepción de
sonidos, como son el latido del corazón, la voz y respiración de la madre y del
padre, y al nacer “reconoce” esos sonidos que lo tranquilizan, dándole
seguridad.
Desde que el hombre pone su pie en la tierra utiliza la música o los
sonidos con fines terapéuticos. Los
chamanes la utilizaban para curar enfermedades, y a lo largo de la historia de
la humanidad la música ha sido algo inherente al ser humano.
Las vibraciones que producen los sonidos de las notas musicales van a
estimular determinadas partes del cerebro, ya sea relajando el sistema
nervioso, ya tranquilizando las emociones, ya propiciando la psicomotricidad. Está comprobado que con un estímulo auditivo
“musical” el niño puede bailar, aplaudir, porque al escuchar la música le
genera una acción motora (la música lo impulsa a moverse).
La musicoterapia funciona tanto
para niños, como para adultos, y personas de la tercera edad con o sin
problemas de tipo emocional, físico, mental.
En el niño la música clásica le facilita el proceso de conocimiento,
porque estimula esas áreas del cerebro, sobre todo la música de Mozart; también
ayuda a tranquilizar a niños hiperactivos, faltos de concentración, con
problemas de conducta, de inseguridad, faltos de autoestima.
A todas las personas la música, sobre todo la clásica e instrumental les
permite explorar sus sentimientos, hacer cambios positivos en sus emociones, a
relajarse, aliviando el estrés cotidiano, disminuyendo la ansiedad, mejorando
la autoestima, propiciando la creatividad y capacidad para resolver problemas,
porque la música tiene frecuencias agudas, que abre canales auditivos,
estimulando determinadas áreas del cerebro, que provocan todos esos beneficios,
porque es armónica, lo que permite que ese tipo de vibración permita que fluya
mejor la energía en el ser humano, y lo predisponga al bienestar, a sentirse
mejor.
Las personas que sufren de insomnio pueden mejorar la calidad del sueño
con obras como Los Nocturnos de Chopin, El Preludio para la siesta de un Fauno de
Debussy; a los hipertensos les beneficia escuchar Las Cuatro Estaciones de
Vivaldi, La Serenata número 13 en Sol Mayor de Mozart.
Escuchar la Música Acuática de Haendel, Concierto para Violín de
Beethoven ayuda en problemas depresivos.
En situaciones estresantes nada mejor que escuchar la Sinfonía Linz de
Mozart, el Concierto de Aranjuez de Rodrigo, Sueño de Amor de Listz.
En el embarazo es muy benéfico que la madre escuche música clásica de
los grandes maestros, como Mozart, Vivaldi, Beethoven, Bach, para estimular
desde muy temprano las áreas del cerebro que le permitan al niño desarrollar
toda su capacidad intelectual, equilibrio emocional, sistema motriz, y predisponerlo
a un crecimiento saludable.
Las obras musicales clásicas nos predisponen a relajarnos, a mejorar
nuestro estado anímico, a “ver” hacia la parte interna de nuestro ser. Hoy la musicoterapia es una técnica a la que
recurren los Psicólogos para ayudar a sus pacientes a mejorar la salud mental y
emocional. Pero además toda persona puede incursionar en el mundo maravilloso
de la música.
La música es alimento para el alma y para el espíritu. Dése tiempo para disfrutarla.
Lic. Amparo Verdugo Palacios
Tel. 217-3438