BIOENERGETICA DE LA MUJER



        Recientemente tuvimos la oportunidad de participar en un taller de Bioenergética impartido por la Doctora Ana María Vergara Liberona, Licenciada en Desarrollo Humano, Licenciada en Servicio Social, Licenciada en Pedagogía en Educación Musical, Médico Naturista y Conferencista Internacional del Instituto de Desarrollo Humano.

El tema resultó de mucho interés porque abarcó la salud integral de la mujer, no solo limitada a su cuerpo físico, su mente, sus pensamientos y emociones sino su también su papel en la historia de la humanidad.

La mujer en un mundo de hombres se encuentra muy enajenada de su verdadera esencia y sentido femenino, por estar inmersa, parafraseó la expositora, en una sociedad creada por los hombres y estructurada bajo su prisma, que día a día compite con el hombre para ganar un espacio y un respeto, hace valer sus derechos, es productiva y trabaja, deja su casa y sus hijos y siempre se encuentra dividida en dos o mas partes sin poder integrar su ser.

En esa lucha por alcanzar su espacio, se ha ido perdiendo nuestra esencia femenina y desajustándose nuestro cuerpo, generándose una serie de trastornos que derivan en múltiples enfermedades, que van desde dolores, quistes, tumores, cáncer de útero y mamas, obesidad, angustia, depresión, porque nuestro rol en la sociedad, dijo la conferencista aún no está claro y necesita definirse para ganarse su espacio real, en base a lo que es verdaderamente la mujer, y no a lo que los hombres piensan que es.

Esa reflexión nos sacudió a todos los asistentes porque nos puso de cara a la realidad, y a partir de ahí pudimos compartir ricas experiencias, y entender porqué actuamos en competencia, y no en complementación.  El propósito de nosotras como mujeres no es ser como los hombres, sino ser mujeres.  En el hombre y la mujer se encuentran la energía “yang” y “yin”, respectivamente.

El “yang” en el hombre representa lo activo, luminoso, cálido, visible, el día, el cielo, lo masculino, el varón, el sol; mientras que el “yin” en la mujer representa lo pasivo, receptivo, oscuro, frío, oculto, la noche, la tierra, lo femenino, la luna.  El “yin” y el “yang” se complementan; sin embargo, como es una realidad la desigualdad de géneros, ellos por continuar con su dominio, y nosotras por competir por ese dominio, lo que genera en nosotras diversos padecimientos en nuestros órganos sexuales primarios y secundarios, y éstos padecimientos nos dicen de las emociones negativas que se han ido somatizando a través del tiempo.  De ahí concluye la expositora que la atención y toma de conciencia de esas emociones, sentimientos, pensamientos y sensaciones nos pueden ser de gran utilidad para comenzar un proceso de curación.

La bioenergética proviene del griego “vida y fuerza”.  Su precursor, Wilhelm Reich, demostró que la ayuda física y psicológica solo era posible en tanto que la energía fluyera libremente por el cuerpo. 

Cuando la energía se estanca, se forma una armadura muscular, y es a través de técnicas respiratorias, y movimientos corporales, como se va liberando esa tensión, permitiendo que la energía vuelva a fluir.

Ejercicios aeróbicos y respiración completa fortalecen al páncreas, quien a su vez controla al hígado, al dispersar el estancamiento de la sangre en dicho órgano.  La danza, como terapia para desbloquear es excelente, al igual que la gimnasia psicofísica.  También la hatha-yoga, a través de las asanas o posturas estáticas del cuerpo, movilizan el flujo energético, donde se ven beneficiados los sistemas hormonal y nervioso.

La relajación muscular lograda en el bajo vientre por veinte minutos diarios mejoran el flujo de la energía en esa zona.

La medicina alternativa, tal como la hidroterapia (uso terapéutico del agua), geoterapia (cataplasmas de barro en el vientre) ayudan a desinflamar órganos internos, y a equilibrar la temperatura, la herbolaria, utilizando los principios activos de las plantas es también de gran beneficio, la helioterapia (baños de sol) antes de que los rayos se encuentren inclinados en el horizonte, favorecen la síntesis de vitamina “D” y Betacaroteno, la aeroterapia (uso terapéutico del aire), nutre el sistema nervioso, y la piel se ve beneficiada, porque es un tercer pulmón, y otras mas, ayudan a  prevenir y corregir disfunciones de matriz uterina, ovarios y mamas.

Cultivar pensamientos positivos contribuye, sostuvo la expositora, a un equilibrio del flujo energético, a través de una estabilidad emocional que se traduce en mejor salud y calidad de vida.

En fin, el taller fue un instrumento valioso que será de gran utilidad para prevenir enfermedades propias de la mujer.


Amparo Verdugo Palacios

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