¡¡¡Uf!!!, ajetreo,
fiestas, bebidas, comidas, y un sin fin de toxinas, además de los momentos
felices que pasamos, fueron el saldo de las fiestas decembrinas. El inicio del nuevo año nos brinda la
oportunidad de renovar nuestra salud.
Las toxinas son sustancias nocivas, que producen
radicales libres, que son necesarios cuando el cuerpo requiere luchar contra
una infección, pero que atacan células sanas, enrancian las grasas, y son
deshechos tóxicos, a los que se les relaciona con enfermedades crónico-degenerativas,
tales como el cáncer, artritis, problemas cardiovasculares.
Nuestro organismo posee sistemas de depuración de
toxinas, como el respiratorio (membranas mucosas para atajar gérmenes, pulmones
para eliminar el bióxido de carbono y el agua); el gastrointestinal (hígado que
tiene células que recogen sustancias cancerosas, virales, bacteriales, químicas
artificiales, que desactivan y neutralizan medicamentos, todas ellas tóxicas
que son conducidas por medio de la bilis a los intestinos); la piel constituye
el órgano mas grande, y a través del sudor expulsamos toxinas (los baños de
vapor, sauna, temazcal, son muy eficientes para ello); el linfático a través de
la red de vasos que corren paralelos a la corriente sanguínea, recogen deshechos,
pasan a través de los ganglios linfáticos y son eliminados; el urinario, donde
la principal función de eliminación la realizan los riñones que filtran las
impurezas de la sangre que son excretadas por la orina.
¿Cómo podemos ayudar a nuestro cuerpo a expulsar toxinas
que nuestros sistemas de defensa no alcanzan a eliminar?
Como el ser humano está formado de mente, cuerpo y
espíritu, sobre estos tres aspectos hay que trabajar:
Es necesario reducir el estrés, respirar tranquilamente,
relajar nuestros músculos liberando la tensión, descansar el tiempo suficiente,
tener pensamientos positivos, son factores determinantes que nos ayudarán a
depurar nuestra mente. Disciplinas como
la relajación, la meditación, la yoga, nos auxilian a enfocar nuestros rayos mentales, a obtener una paz
interior. Esto obviamente redunda en un
mejor control de nuestras emociones, tranquilizando la mente tranquilizamos el
cuerpo.
Los antioxidantes, combaten los radicales libres, y los
más potentes son la vitamina C (una ingesta diaria de uno a dos gramos es
recomendable); la E (consumir de 400 mg. a 1,000 mg. es recomendable); el Beta caroteno
(1 mg. diario es recomendable); el Zinc (15 mg. diarios es una ingesta
recomendable); el Selenio (una ingesta de 50 µg. a 70 µg. sería la recomendable para adultos); Q10 (una diaria sería lo recomendable).
Ayunar uno o dos días a base de una sola fruta también es
muy depurativo y desintoxicante, porque
permite descansar al sistema digestivo por una parte, y por la otra la ingesta
de uvas, como alimento, es rica en aminoácidos, vitamina C que fortalece el
sistema inmunológico, además de proporcionarnos agua. Igual de depurativa es la piña, o cualquier
otra fruta de la temporada.
La limpieza de los intestinos también ayudará a una
eficiente desintoxicación. La lavativa
casera de un litro con agua natural purificada es de gran auxilio para lograrla. También los colónicos con preparados de
hierbas o café nos ayudan a expulsar toxinas y deshechos, y a su vez mejoran la
digestión y el metabolismo.
El movimiento genera la vida, hacer ejercicio nos
oxigena, nos vitaliza, fortalece nuestro sistema cardiovascular, generándonos
además una sensación de bienestar.
Caminar, trotar, aeróbics, bailar, tai chi, son excelentes ejercicios
que además de desintoxicarnos nos proporcionan salud. Empezar el año haciendo ejercicio es un
excelente propósito que redunda en nuestro propio beneficio.
Trabajar en las virtudes para superar nuestros defectos,
también nos ayudará a desintoxicar y depurar nuestras emociones y
pensamientos. El nuevo año nos brinda
una oportunidad para mejorar nuestras relaciones personales, perdonar, tolerar,
aceptar, son un elixir para nuestra alma, y para ser felices, que es nuestro
destino.
Lic. Amparo Verdugo Palacios
Tel. 217-3438